Si alguna vez tuviste el lujo de
ver las estrellas en una clara noche de campo, habrás notado lo pequeño que
somos, y lo grande que creemos ser o estar. Solo haz la prueba, párate frente a la nada
y mira hacia arriba, levanta un poco más tu frente, vamos, un poco más. Verás que grande es la percepción de lo pequeño que eres y en lo gigante donde todos hemos de
habitar.
En la ciudad claramente esto no
funciona, porque solamente podemos mirar la enormidad de lo pequeño y al
gigante quizá nunca jamás divisar.
Muy correctamente estructurado en dos párrafos. Percepciones de una misma realidad totalmente incompatibles entre sí.
ResponderEliminarMuchas gracias.
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